Desarrollo de la Atención

La atención es un proceso madurativo que se entrena y mejora a lo largo de nuestro desarrollo.
En el primer año de vida, el bebé va aprendiendo a controlar su atención gracias a sus figuras de apego (madre, padre y profesores).

Cuando el bebé observa algo que le llama la atención y es novedoso, se enfoca en eso.
El bebé y el niño pequeño tienen la mayor parte del día activos sus cerebro reptiliano, es decir, el cerebro de la supervivencia; teniendo una atención reactiva, involuntaria, inconsciente y con pobre control.


Los estímulos son quienes captan al bebé, y no al revés. Las zonas cerebrales posterior es la que se activa a estas edades. Conforme va creciento y madurando, la atención reactiva se transforma en una atención controlada o ejecutiva, es decir,
lo que conocemos como concentración.

En este caso, se activarán las regiones frontales del cerebro.

Para que esto suceda, es imprescindible que haya una buena estimulación y potenciación por parte de los padres y maestros.

Solo logramos una atención controlada (concentración) mediante la práctica y el entrenamiento.

Cuando realizamos una tarea ejecutiva, es decir, cuando nos concentramos en algo, la frecuencia cardiaca y la actividad motriz disminuyen de manera significativa.por ejemplo, está realizando una actividad como ver la televisión o leer.

En cambio, si aparece un estímulo que nos distrae, como puede ser el sonido del teléfono o de una ambulancia, entonces la
frecuencia cardiaca aumentará, como también lo hará la actividad motora.

A los 6 meses de edad, los bebés pueden atender de manera anticipada a una situación, es decir,
sostienen la atención, porque saben que algo va a ocurrir.

Por ejemplo, esto se da en bebés de medio año cuando juegan con sus padres al cucú-tras. Lo novedoso y lo inesperado siempre capta de manera involuntaria la atención del bebé (y del resto de las personas).

Cuando los niños tienen entre 3 y 6 años, aprenden a controlar su atención y su comportamiento. Esto es debido a que hay iun incremento en la cantidad de neuronas inhibitorias en el cerebro, lo que permite que se desarrolle su capacidad de control e inhibición de impulsos.

El neurotransmisor cerebral implicado en los procesos de atención y concentración es la dopamina.


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