Lograr una atención y un aprendizaje depende de la capacidad de poder organizar e integrar la información recibida de nuestros sentidos.
Todos sabemos de la existencia de los cinco órganos de los sentidos básicos:
vista, oído, tacto, olfato y gusto.
Existen otros sentidos menos conocidos; como el sentido del movimiento y el sentido de la conciencia muscular.
La incapacidad de un estudiante para organizar la información sensorial, genera un descontrol en su cerebro, dificultando poner atención y por consiguiente, lograr un adecuado aprendizaje.
Para poder ser un estudiante exitoso, es necesario que nuestros sentidos funciones de manera organizada.
Los niños con alguna condición que afecta el aprendizaje, frecuentemente tienen dificultad para interpretar la información de
su entorno e incluso de su propio cuerpo.
Estos niños, a menudo usará estrategias como el movimiento excesivo y el contacto físico para recopilar información adicional. Pueden buscar estimulación constante o información sensorial más intensa y prolongada lo que los hace mostrar una conducta anormal con movimiento constante.
Así, podemos observar:
Movimiento excesivo manifestado como hiperactividad o inquietud, buscando mediante el contacto, sensaciones,
insensibilidad al tacto o al dolor, o tocar a otros con demasiada frecuencia o con demasiada fuerza que pudiera parecer un comportamiento agresivo a otras personas.
Participar en deportes de alto riesgo como escalar demasiado alto o usar equipo incorrectamente.
Escuchar sonidos altos en radio y televisión.