Las respuestas reactivas de miedo o retraimiento a los sonidos y ruidos pueden ser el resultado de una actitud de defensa auditiva.
Algunos niños temen el sonido del vacío, a los limpiadores, licuadoras, cortadoras del pasto, secadores de cabello, sopladores de hojas, sirenas y descarga de inodoros.
Los padres a veces tienen que hacer modificaciones en la casa para usar estos aparatos cuando el niño está fuera del alcance de escucharlos.
Algunos estudiantes pueden taparse los oídos con las manos, enojándose o llorando ante los sonidos en la escuela, como el fuego, simulacros, timbres escolares, anuncios matutinos y música.
Se pueden tomar medidas para hacer que tales situaciones sean menos estresantes para ellos
Soluciones:
- Si es posible, advierta al estudiante que ciertos sonidos van a ocurrir. Si el estudiante tiene una advertencia justa, el miedo o la confusión que que de otro modo acompañaría a tales ruidos puede reducirse o evitarse completamente.
- Si corresponde (para estudiantes más jóvenes), el uso de tapones para los oídos o auriculares puede ayudar al estudiante a trabajar de forma independiente y evitar distracciones externas.
- Si el estudiante tiene dificultad en comedores ruidosos o salón de actos, considere permitirle tener un plan alternativo. Por ejemplo, tomar el lunch en un lugar retirado del estímulo. A menudo, el simple hecho de saber que existe una opción puede aliviar la tensión.
- Trabaje con el estudiante para formular un “plan” para cuando ciertos ruidos se presenten. Por ejemplo, cuando comienza el simulacro de incendio, si el estudiante sabe exactamente qué hacer, tendrá que completar una tarea orientada a un objetivo. Por lo tanto ocupará su mente y se desviará de la situación estresante en su lugar pasará automáticamente al modo “vuelo”.
- Si el ajetreo del día a día en el aula se está volviendo difícil para el estudiante, permítale tomar un “descanso de ruido”. Esto se puede lograr varias maneras: podría usar auriculares en la computadora, o tapones para los oídos mientras lee.
- Es importante permitir que el estudiante tenga un “lugar tranquilo” durante estos tiempos